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Revista Pan-Amazônica de Saúde

Print version ISSN 2176-6215On-line version ISSN 2176-6223

Rev Pan-Amaz Saude vol.1 no.3 Ananindeua Sept. 2010

http://dx.doi.org/10.5123/S2176-62232010000300002 

ARTÍCULO HISTÓRICO

 

La medicina en Estado de Pará, Brasil: de los primordios a la Facultad de Medicina

 

 

Aristoteles Guilliod de Miranda

Hospital Universitário João de Barros Barreto, Universidade Federal do Pará, Belém, Pará, Brasil

Endereço para correspondência
Correspondence
Dirección para correspondencia

 

 

Título original: A medicina no Estado do Pará, Brasil: dos primórdios à Faculdade de Medicina. Traducido por: Lota Moncada

 

 


RESUMEN

La práctica de la medicina, la organización de los servicios de salud y el inicio de la ensenanza médica en el Estado de Pará, Brasil, se presentan desde una perspectiva cronológica desde los primeros relatos, luego de la llegada de Francisco Caldeira Castelo Branco, en 1616, hasta la fundación de la Faculdade de Medicina e Cirurgia do Pará (Facultad de Medicina y Cirugía de Pará), en 1919. Algunos hechos históricos son destacados y contextualizados, y también se mencionan determinados personajes que tuvieron participación efectiva en los sucesos relatados. También se comentan aspectos relacionados a la ensenanza médica, tanto en el ámbito nacional como en el Estado de Pará, y su importancia para la Región Amazónica y parte del nordeste brasileno.

Palabras clave: Historia de la Medicina; Servicios de Salud; Escuelas Médicas.


 

 

La llegada de Francisco Caldeira Castelo Branco a la desembocadura del río Amazonas, en 1616, y la construcción del Forte do Presepio, en la desembocadura del río Pará, iniciando lo que vendría a ser la Ciudad de Santa Maria de Belém do Grão Pará, marcan el inicio del período de colonización portuguesa en la región, con el objetivo de terminar con la disputa del territorio por los otros países europeos, ya que ingleses, holandeses y franceses, mantenían por allí algunas bases comerciales1.

Después de poco más de 30 años de la fundación de Belém fue instalado el pequeño hospital de la Santa Casa de Misericórdia, institución que ya prestaba servicios a la población desde 16192. Tan sólo en 1655 arribarían a Belém, de pasaje, los primeros médicos que llegaron a la región. Eran Daniel Paneli, Antonio de Mattos y Domingos de Souza, que hacían parte de la comisión para la demarcación de límites de los dominios de Portugal y España2. Ciento diecisiete años después de la llegada de Castelo Branco, se instalaría el primer médico en Belém: el Dr. Antonio Caldeira Sardo Villa Lobo, con un sueldo de 100 mil réis (moneda de Brasil de 1600 a 1942) al año, y cuya llegada coincide con una violenta epidemia de viruela. En 1751, llegaría el Dr. Manoel Ignacio de Andrade; en 1753, el Dr. João de Almeida, médico del 1o Regimiento de Infantería de la 1a línea2.

En 1782, habiendo asumido la diócesis de Belém, el obispo D. Frei Caetano Brandão fundaba otro hospital de caridad, denominado Hospital do Senhor Bom Jesus dos Pobres, construido en el Largo da Sé, al lado del Forte do Castelo2.

En 1783, para una población de 11 mil habitantes, había dos médicos en Belém: el Dr. José Gomes dos Santos, graduado en Medicina y Cirugía por Montpelier-Francia, agregado a la Facultad de Coimbra y delegado del Protomedicato en las Provincias de Pará y Maranhão; y el Dr. Agostinho João Printz, médico alemán del Hospital Militar, ejerciendo el cargo de físico-mor en el Protomedicato. Con tantas atribuciones, esos médicos volverían a la metrópolis pocos meses después. A la época, existían en la Ciudad seis boticarios2.

La situación de la asistencia médica a la población de la colonia continuó precaria. Hasta 1768 había apenas una farmacia de segunda clase. En 1788, el Senado de la Cámara (equivalente, hoy, a la Cámara Municipal) envió oficio al gobernador sobre la necesidad de la construcción de un lazareto en una de las islas de la bahía de Santo Antônio, para la cuarentena de los barcos de transporte de esclavos africanos traídos al lugar, en un intento de establecer una barrera contra la viruela, que era una extensa epidemia entre ellos3. En 1789, el virrey Luiz Vasconcelos reclamaba a la metrópolis alegando que, en aquella ocasión, apenas cuatro médicos ejercían sus actividades en Brasil2 *. En 1793, hubo una nueva y gran epidemia de viruela en Belém. Para combatirla, apenas un médico y un cirujano2 .

En 1799, estuvo en Belém, viniendo de Lisboa, el cirujano Francisco Xavier de Oliveira. Su objetivo era realizar observaciones y experiencias con sondas y otros instrumentos de uso médico, como velas, confeccionados con goma elástica oriunda de la cauchera. Al retornar a Lisboa, el mismo año, anunciaría la venta del instrumental, que había llevado en gran cantidad2.

Hasta la llegada de la familia real portuguesa a Salvador, en 1808, huyendo de lastropas napoleónicas, no existía, oficialmente, enseñanza médica en Brasil. La actividad médica obedecía a determinadas prescripciones legales compatibles con las necesidades y circunstancias de ese entonces. Inicialmente, existía la figura del físico-mor y delcirujano-mor del reino, encargados de fiscalizar el ejercicio de la profesión en Portugal y sus colonias, además de expedir las licencias para el ejercicio, luego de aprobación oficial de los autos de habilitación de los que desearan obtener sus cartas. Con la creación de la Junta del Protomedicato, ese encargo pasó a la nueva institución, que refrendaba la evaluación hecha por los diputados o por el Senado de la Cámara.

En esa época, las personas que comprobaban haber frecuentado porcuatro años cualquier hospital, en donde aprendían el oficio en la práctica con un cirujano yahabilitado, podían habilitarse al ejercicio de la cirugía, bastando realizar un sumario examen delante de los diputados2. En general, los candidatos presentaban certificados de su competencia y de la necesidad de su presencia en el lugar donde vivían.. Los físicos eran los que habían estudiado y recibido en las universidades europeas. Cuando eran enviados a la metrópolis, para luego volver a Brasil, en general preferían quedarse allí en vez de enfrentar la realidad colonial en Brasil. A veces volvían a la colonia, y una vez allí, se concentraban en las ciudades y villas más grandes, dejando el interior totalmente desprovisto de estos profesionales§.

La necesidad de profesionales para cuidar de la salud de la corte por ese entonces ya transferida (estimada en alrededor de 10 mil personas), y la consecuente dificultad de contacto con la metrópolis por la acción de las tropas francesas, que impedían que de allí vinieran los cirujanos aprobados por la Junta del Protomedicato y los físicos diplomados en Coimbra, hizo con que D. João VI, por propuesta del Dr. José Correa Picançol l, firmara el 18 de febrero de 1808, un decreto creando en Bahia la Escola de Cirurgia (Escuela de Cirugía). Al transferirse para Rio de Janeiro, seis meses después, D. João VI firmaría un decreto semejante en aquella Ciudad4. A partir de entonces, se nombraron profesores para enseñar anatomía teórica y práctica. Por el decreto, las escuelas servían a la instrucción de los cirujanos, que ignoraban la anatomía, la fisiología y la medicina prácticas, así como para los alumnos que se destinaban a la cirugía en el Ejército y la Marina. El curso duraba cuatro años, siendo exigido en la matrícula del primer año, que el alumno supiera leer y escribir correctamente4. Al final del curso, el alumno requería a la Escuela un certificado, en el que se declaraba que estaba capacitado para prestar el examen y encargarse de la salud pública. Con el certificado, el alumno era sometido al examen y, en el caso de ser aprobado, sus documentos eran encaminados a Lisboa, donde el diploma era expedido mediante el pago de los emolumentos. Tales diplomas permitían: "sangrar, hacer cortes en la piel para el sangrado, aplicar sanguijuelas y ventosas, curar heridas, tratar de lujaciones, fracturas y contusiones; les era vedado administrar medicamentos y tratar de las molestias internas a no ser en donde no hubieramédicos; y como tal solamente se aceptaban los diplomados o licenciados por la Universidade de Coimbra"5.

Funcionando de manera precaria, las escuelas solamente pasarían a tener personeríajurídica a través del decreto de 3 de octubre de 1832, que transforma las Academias Médico-Quirúrgicas en Facultades de Medicina, con cambios significativos en su organización, empezando por la admisión, para la que pasó a ser exigida la edad mínima de 16 años, conocimientos de idiomas (latín e inglés o francés), de filosofía racional y moral, aritmética y de geometría, y la presentación de un certificado de buen comportamiento emitido por el Juez de Paz de la freguesia (distrito, municipio). La tarifa de matrícula era de 20$000 réis, valor elevado para la época.

En Pará, las cosas evolucionaron lentamente en el ámbito de la salud y la asistencia. Las frecuentes epidemias que se expandían por el Estado, la distancia de la sede de la corte, junto a una economía que todavía no conocía el fausto que le seria propiciado por el caucho, exponían tanto el estado incipiente del conocimiento científico como la precariedad de profesionales y servicios.

En 1818, el Dr. Antonio Correia de Lacerda fue contratado como médico asistente de la esposa del gobernador y capitán general, coronel Antonio José de Souza Manuel de Menezes, séptimo conde de Villa Flor. Al año siguiente, Belém padecería las consecuencias de una nueva epidemia de viruela, siendo en la ocasión aplicada, por segunda vez, por orden del gobernador, la vacuna descubierta por Jenner y cuya aplicación quedó bajo los cuidados del Dr. Antonio Correia de Lacerda, que ocupaba la función de físico-mor. Además, se indicó la construcción de un hospital para variolosos, alejado de la ciudad, y se organizaron por primera vez, grupos para la desinfección y el expurgo de las calles de la ciudad, con el uso de ácido oximuriático, con el que se hacían fumigaciones en todas las esquinas. Aún con estas medidas, la mortalidad fue bastante elevada. Para una población de poco más de 12 mil habitantes, murieron 2.200 personas2.

El 5 de abril de 1826, el Dr. Marcellino José Cardoso fue nombrado para ejercer el cargo de médico del partido del senado de la Cámara Municipal de Belém, en sustitución al Dr. Antonio Finochio, que había fallecido. El Dr. Marcellino* es considerado el primer médico paraense a ejercer su profesión en Belém2. Durante la Cabanagem, en 1835, fue instalada en la hacienda Sant'Anna, en Marajó, una enfermería encargada de tratar a los enfermos de Fortaleza da Legalidade, y nombrado para dirigirla el cirujano Francisco Pinto de Moraes. La enfermería sería extinguida poco después, con la toma de posesión del mariscal Soares de Andrea2.

Al final de la década de 1830, tres paraenses que se habían recibido médicos retornaron a Belém. Eran ellos los Drs. Francisco da Silva Castro, Joaquim Frutuoso Pereira Guimarães y José da Gama Malcher. Todos tendrían posición de destaque en la sociedad paraense2 .

En diciembre de 1850, un nuevo brote de fiebre amarilla hizo que el presidente de la provincia tomara algunas medidas de combate, como el uso del humo de pólvora como desinfectante, lo que se revelaría inocuo. Otra medida fue impedir los entierros en las iglesias, mandando abrir un nuevo cementerio, más grande y más alejado del área urbana, que fue el cementerio de Nossa Senhora da Soledade. El anterior, situado en el área de la actual Praça da República, sería desactivado2.

Para combatir la epidemia de cólera que se extendió en Belém en 1855, el presidente de la Comisión de Higiene, Dr. Silva Castro, determinó la cuarentena, en frente a la isla de Tatuoca, para los navios considerados sospechosos, bajo la supervisión de un navio de guerra, además de acelerar la conclusión del lazareto empezando en aquella isla2.

Un hecho inusitado sucederia en 1856. Un curandero en Santarém, Antonio Francisco Pereira da Costa, gozaba de tanto prestigio ofreciendo la cura de la lepra que el gobierno imperial le concedió una pensión mensual de 100 mil réis, además de mantener un lazareto que tenia, próximo a su casa. Una comisión de médicos, compuesta por los Drs. Camilo José do Valle Guimarães, Américo Marques Santa Rosa y Francisco da Silva Castro, fue a averiguar los hechos. En vista del informe de la comisión, que concluyó por la ineficacia del remedio, cuya base era una planta conocida como paracary, el gobierno suspendió la dotación presupuestaria al curandero2.

A partir de 1864, el servicio clinico del hospital de Santa Casa, que era hecho por apenas un médico - lo que era considerado insuficiente - pasó a ser ejecutado por los Drs. José da Gama Malcher, en la clinica, y Camillo do Valle Guimarães, en la cirugia, teniendo como adjunto al Dr. Antonio Andrews Capper2.

En 1862, la Orden Tercera de São Francisco informó haber aprontado una de las salas da su sede para funcionar como enfermeria, iniciando asi, el hospital de la Orden Tercera. En julio de 1864, la directiva de la hermandad ordenó la construcción de una casa de tres plantas para servir de hospital, cuya inauguración solemne, sucederia el 1 de enero de 1867. El hospital contaba con seis enfermerias2. El 4 de agosto del mismo año, seria alli realizada la primera cirugia de cataratas, teniendo como cirujano al Dr. Antonio Andrews Capper, auxiliado por los Drs. Gama Malcher, Americo Santa Rosa, Augusto Thiago Pinto y Ferreira Cantão2.

Durante la década de 1870, el hospital de Santa Casa recibió muchas mejorias, nuevos instrumentales quirúrgicos, donados por el Dr. Luiz Ferreira Lemos, que consiguió además, una máquina para choques eléctricos, la primera de Belém. También se observa um esbozo de organización de los servicios de salud en el periodo, con el nombramiento del médico Frederico Hermeto Pereira de Lima para el servicio de lepra en Tucunduba y de Firmino José Dória, médico de los alienados2.

El dia 27 de mayo de 1877, fue inaugurado el Hospital D. Luiz I, de la Sociedade Portuguesa Beneficente2.

En 1887, la Santa Casa creó dos enfermerias más: una especialmente para obstetricia, denominada "Sala de Maternidad", y la otra para el tratamiento de niños. En 1889, el hospital contaba con servicios especializados de clínica quirúrgica, con José Paes de Carvalho y Antonio Joaquim da Silva Rosado; clínica médica, con Antonio Ó de Almeida y Clemente Felix Penna Soares; clínica obstétrica, con Basilio Magno de Araujo; clínica de ojos, con Geminiano de Lyra Castro; clínica dermatológica y sifilográfica, con Miguel de Almeida Pernambuco; y clínica de niños, con João José Godinho2.

Con la proclamación de la República surge un esbozo de servicio público de salud. Así, en 1891, se crea una nueva organización de los servicios de higiene compuesta por un inspector, un ayudante, dos médicos vacunadores, médico demografista y un químico. En 1894, el Estado sería dividido en 16 regiones sanitarias, con el nombramiento de un médico residente para cada una de ellas. El servicio sería ampliado en el gobierno de Lauro Sodré, en 1886, surgiendo las secciones técnicas, divididas de la siguiente manera: primeira sección, comprendiendo el Laboratorio de Análisis, compuesto por un director médico, un químico y un bacteriólogo; segunda sección, comprendiendo el Instituto de Vacunación Animal y compuesto por un director médico, un ayudante médico, un veterinario y vacunadores; terceira sección, comprendiendo la Demografía Sanitaria y Meteorológica, con um director médico; cuarto sección, comprendiendo la Profilaxis y la Desinfección, compuesta por un director médico y cuatro delegados médicos2.

En 1898, el gobernador Paes de Carvalho promovió la remodelación de los servicios de salud del Estado, agregando a los servicios ya existentes los servicios de bromatología, el laboratorio de farmacia, la policía higiénica y sanitaria de los animales y los lazaretos. El 14 de febrero de 1900, sería inaugurado el Hospital São Sebastião - para los variolosos - dirigido por el Dr. Olegario Costa7, y, el 29 de abril del mismo año, el Hospital Domingos Freire, destinado al aislamiento y tratamiento de la fiebre amarilla, dirigido por el Dr. Pontes de Carvalho. El nuevo hospital de la Santa Casa sería inaugurado, provisoriamente, el 1 de agosto del mismo año, con el nombre de Hospital de Caridad, siendo removidos del antiguo hospital Senhor Bom Jesus dos Pobres 177 enfermos de ambos sexos2.

Durante el gobierno Paes de Carvalho aún, sucede un hecho digno de registro: el 22 de mayo de 1899 el gobierno edita la Ley no 629 que creaba cursos superiores en el Estado, incluso el de medicina8. La referida ley nunca salió del papel, atrasando el desarrollo científico del Estado en más de 20 años*.

A lo largo de todo el siglo XIX, hubo un predominio de la así llamada "enseñanza libre" en Brasil. Aun con las facultades oficiales, los estudiantes también podían frecuentar cursos particulares o libres9. La legislación de la enseñanza de 1832 facultaba a cualquier persona a organizar cursos, sin la interferencia de las facultades10. Un decreto de 1879 confirmaba ser libre la enseñanza superior en el Imperio11. Con toda esta facilidad, durante casi 100 años existieron en Brasil apenas las dos facultades de medicina creadas por D. João VI, una vez que la tercera escuela a ser creada, la de Porto Alegre, lo fue solamente en 1898.

En 1895, un artículo denominado "O micróbio como nivelador social" ("El microbio como nivelador social"), del médico norteamericano Cyrus Edson, llamaría la atención de la comunidad científica. Según él, la tan deseada igualdad entre los hombres, propuesta por los socialistas, sería alcanzada no por grupos políticos o por revoluciones, y sí, simplemente, por "organismos vivos, infinitamente pequeños, invisibles a simple vista" (traducción del editor): los microbios, causadores de enfermedades infectocontagiosas12. En virtud de esta realidad, con sus implicaciones sociales y, especialmente, económicas en un mundo que iniciaba los procesos de industrialización, urbanización y crecimiento poblacional, era fundamental la aplicación de medidas de saneamiento, para que los proyectos colonialistas pudieran ser llevados a cabo.

Fue este, seguramente, uno de los factores que trajo a Belém, a mediados de 1900, a los Drs. Herbert E. Durham y Walter Myers en una comisión de la Liverpool School of Tropical Diseases and Medical Parasitology, la Yelow Fever Expedition, con la finalidad de realizar estudios sobre la fiebre amarilla en Pará. Recibida con toda pompa por las autoridades del Estado, la comisión quedó alojada en un chalet en las dependencias del Instituto Lauro Sodré13 e instaló su centro de actividades técnicas en el Hospital Domingos Freire, también les fue franqueado el acceso a los Laboratorios de Análisis Clínicas y de Bacteriología de la Inspectoría del Servicio Sanitario2. La expedición tendría un final trágico con la muerte de Myers por fiebre amarilla en enero de 1901, en la época atribuida a la contaminación durante una necropsia, y no, como se sabe hoy, por mosquitos vectores. Durhan, que también había sido contaminado, se restableció y continuó con el trabajo, "pero, los trabajos de los dos estimables profesionales no llegaron a ningún resultado positivo y concluyente, sobre la génesis y la infección de la fiebre amarilla" (traducción del editor)13.

Las reformas en los servicios de salud ejecutadas por Paes de Carvalho tuvieron continuidad en el gobierno siguiente, de Augusto Montenegro. En este gobierno se unificaron todos los servicios médicos en el Estado. Fue establecido el servicio clínico para todos los institutos de Belém, incluyendo la penitenciaría y el regimiento militar, bien como, creado un servicio para exámenes médico-legales y otro para la comprobación de óbitos. El número de inspectores sanitarios fue aumentado para 17. En el Palacio de Gobierno se instalaron diversas secciones de higiene; un gran laboratorio químico y bacteriológico; se adquirió material apropiado para el expurgo de las casas y se hizo obligatoria la remoción de los enfermos acometidos de enfermedades infecto-contagiosas2 *.

Esas mejorías serían decisivas para el combate a la epidemia de peste bubónica surgida en octubre de 1903. Prevista la epidemia, ya durante el gobierno de Paes de Carvalho habían sido importadas vacunas en gran cantidad. Además, Montenegro estableció una estación sanitaria en la isla de Tatuoca, en frente a Belém, con desinfectorios para el expurgo de las embarcaciones, hospedería, almacén para las mercaderías susceptibles de trasmitir la enfermedad y una farmacia. También creó la Comisión de Saneamiento de Belém y equipó plenamente el Servicio Sanitario Marítimo, tornando a Pará el estado mejor preparado del norte del país para el combate a la peste bubónica. Al primer caso notificado y confirmado, se procedió a la vacunación de la población, a la desinfección de las casas en donde había enfermos y a su remoción al Hospital São Sebastião, además de al combate mortal a las ratas. La epidemia se consideró debelada en abril de 19042.

Si el inicio del siglo XX marcó una creciente participación del Estado, en especial en el ámbito de la salud pública, con la creación, la organización, el equipamiento y la ampliación de los servicios, el medio científico buscaba, también, constituirse y solidificarse como "clase" y "organismo social"14. Así, al final del siglo XIX surge entre la clase médica y farmacéutica, la idea de la creación de una agremiación científica congregando ambas clases, iniciativa ésta del gobernador y médico, Paes de Carvalho. De esta manera, el 8 de noviembre de 1897 sería creada la Sociedade Médico-Farmacêutica do Pará (Sociedad Médico-Farmacéutica de Pará), "con la finalidad de tratar de los intereses científicos y sociales"2. Esta Sociedad, que lanzaría, tres años después el Pará-Médico, la primera publicación médica del Estado, sufriría una ruptura en 1900, culminando con a creación de la Sociedade de Medicina e Cirurgia do Pará (Sociedad de Medicina y Cirugía de Pará). Todavía en 1900, el Dr. José Godinho fue nombrado delegado del gobierno de Pará en el Congreso Brasileño de Medicina y Cirugía, realizado en Rio de Janeiro.

Al principio de 1900, se procedió a reformas y ampliaciones en el Hospital de Santa Casa: en 1905 fueron creados el museo anatomopatológico y el laboratorio de bacteriología clínica. Además, fueron agregados al cuerpo clínico de ese hospital 11 médicos más; en 1907 fue inaugurada una nueva enfermería con 40 camas. El mismo año se decidió la construcción de una nueva sala de cirugía, "calcada en los preceptos de la moderna asepsia, bien como la importación e instalación de aparatos de asepsia y la adquisición de nuevos instrumentos de cirugía para completar el arsenal quirúrgico del hospital" (traducción del editor)2.

Las condiciones sanitarias en Brasil en las primeras décadas del siglo XX eran bastante precarias. La Primera República vería surgir un movimiento de reforma de la salud pública, de vital importancia para la construcción de una ideología de nacionalidad y para la formación del Estado brasileño12. Tal momento histórico traería grandes repercusiones socioeconómicas, particularmente para la Región Amazónica, que todavía ocupaba un lugar de destaque en la economía brasileña, a causa del caucho, y que continuaba atrayendo inversiones extranjeras, como, por ejemplo, la construcción de la vía férrea Madeira-Mamoré y el puerto de Belém. Y para que las inversiones continuasen y, tampoco se debilitara el comercio exterior, era necesario el saneamiento de las grandes ciudades y sus puertos, ligados directamente a Europa y a Estados Unidos, así como de las áreas productoras de materias primas, como el valle amazónico. En este sentido, en colaboración con la Compañía Madeira-Mamoré Railways y la Port of Pará, en 1910, el gobierno paraense contrata los servicios del Dr. Oswaldo Cruz, con el objetivo de erradicar la fiebre amarilla, que se había tornado endémica en el Estado desde 1850, así como para establecer medidas generales de saneamiento para la región, que tenía en la malaria uno de sus más grandes flagelos13. La fiebre amarilla sería considerada extinta al año siguiente.

Los años de 1910 marcaron internacionalmente el fin de la belle époque, simbolizando, también, la disolución de la organización económica del siglo XIX. Esta fase coincide con la disminución de la actividad extractiva del caucho, por la pérdida del monopolio de la producción, suplantada en volumen y consecuentemente, en precio, por el producto de Malasia, obtenido a partir de plantaciones científicamente organizadas, causando la débâcle amazónica15.

Si durante el ciclo del caucho en Pará los reflejos se hicieron sentir en términos culturales y educacionales, tales acciones resultaron apenas en la expansión de la red escolar, notándose, también, en el aspecto arquitectónico de las escuelas, en la llamada "monumentalización" de los edificios públicos destinados para este fin, como los Institutos Gentil Bitttencourt y Lauro Sodré16. Todo este progreso económico no resultó en la creación de cursos superiores, siendo los únicos del período la Facultad Libre de Derecho (1902) y la Escuela de Farmacia (1903), ambos funcionando precariamente. Tal actitud puede ser interpretada como reflejo de las acciones de la elite paraense, surgida con el caucho, que con facilidad mandaba a sus hijos a estudiar a Europa, manteniendo la dependencia intelectual y "emocional" de la metrópolis. O significaba una prosperidad "efímera y superficial", con la manutención de una economía todavía conviviendo y practicando usos y costumbres del período colonial15. De este modo, sería innecesario estimular la formación de "doctores" en el mismo Estado.

Es dentro de este contexto histórico, desfavorable económicamente, que surge la Sociedad Médico-Quirúrgica de Pará. Fundada en 12 de julio 1914, fue instalada oficialmente el 15 de agosto del mismo año, cuando tomó posesión la primera junta directiva. Esta fecha quedaría registrada para los festejos de los años de creación. Constituida por la elite médica del estado, bajo la presidencia del Dr. Camilo Salgado, la Sociedad se proponía a cuidar de la ética médica, defender los intereses de la clase, discutir cuestiones médicas y científicas, organizar congresos y conferencias, difundir enseñanzas de higiene a la población, mantener comisiones científicas para las diversas ramas de las ciencias médicas, crear una revista y fundar una biblioteca y archivo, entre otras cosas17. La revista mantendría el nombre de la editada por la Sociedad Médico-Farmacéutica de Pará: Pará-Médico.

La Sociedad Médico-Quirúrgica, cumpliendo con sus estatutos, presentó, en 1915, propuestas relativas al saneamiento de Pará, tales como: creación de clínicas médicas en los municipios; distribución de material de propagada en los municipios con el objetivo de aclarar a la población sobre las medidas de profilaxis contra las diversas endemias; formación de ligas contra la malaria, públicas o privadas; adopción de medidas para la utilización de la quinina en todo el Estado como profilaxis de la malaria17.

En otra ocasión, contando con la presencia del Dr. Lauro Sodré, gobernador del Estado, y del cuerpo médico de Belém, se discutió, en sesión extraordinaria, en agosto de 1917, el tema de la lepra. En la reunión se presentaron las siguientes sugerencias: organización estadística de todos las leproserías del Estado; construcción de hospital-colonia en una isla o en el continente; aislamiento familiar, con vigilancia médica, de enfermos que cumplieran con las leyes de higiene; impedir, en lo posible, la entrada de nuevos casos al Estado, tanto del extranjero como de los demás locales del país; protección a la familia del paciente sin condiciones de sustento. En la misma reunión se propuso, como medida profiláctica general, la instalación de telas de alambre en los hospitales17.

Si la creación de la Sociedade Médico-Cirúrgica do Pará coincide con el inicio de una fase económica desfavorable para Pará, no se puede dejar de llevar en consideración que el período de fausto económico anterior y la consecuente organización de una elite intelectual médica, en el caso representada por la Sociedade Médico-Cirúrgica do Pará, contribuyeron para la "gestación" de un curso de medicina para el Estado.

Otro factor fueron las condiciones sanitarias de la región, asolada constantemente por grandes epidemias, como el cólera y la fiebre amarilla, sin contar con la endemicidad de la viruela, la malaria y la tuberculosis, entre otras enfermedades, con reflejo en la economía y en el desarrollo de las ciudades.

Debido a las pésimas condiciones de saneamiento del Estado al inicio del siglo XX, eran necesarias medidas para modificar ese panorama. El trabajo de Oswaldo Cruz, dentro de la perspectiva de las nuevas directrices de la Era del Saneamiento, resultaría en la mejoría de las condiciones sanitarias. Como refuerzo a la empresa de saneamiento, era necesario formar personal capacitado -entiéndase médicos - para aplicar en al área de la salud los vientos de desarrollo ya presentes en los otros sectores de la sociedad, pues el número de profesionales en actividad en Belém, era muy pequeño*. Por otro lado, el caucho había atraído a mucha gente para el Norte: no apenas a los nordestinos fugitivos de las secas que arrasaban aquella región, pero sí a una nueva elite intelectual, que se había recibido en las facultades extranjeras o en las de Rio de Janeiro o Bahia y que aquí llegaba para intentar la vida, contando con la colaboración de los miembros de la elite económica local, cuyos hijos habían vuelto a Belém después de recibirse.

Destaque también, para el inicio del intento de consolidación de la medicina como clase y organismo social, con los médicos haciéndose presentes por medio de la prensa y otras publicaciones, participando de asociaciones científicas y literarias, debatiendo problemas, divulgando los hechos nacionales y las conquistas científicas, componiendo la "imagen de la autoridad médica, del héroe de la curación y del ciudadano benemérito" (traducción del editor)14. La medicina científica buscando su lugar en la sociedad, con los médicos, amparados en el prestigio de la profesión, ocupando cargos en la vida pública, afirmándose como locus de conocimiento y de poder.

Aún así, llama la atención la creación de um curso de medicina en Pará, en 1919, en plena depresión económica, luego el de Odontología (1914) y el de Agronomía y Veterinaria (1918). La justificativa sería la de que "una fuerza de retraso actuó en este sentido, impidiendo que ese incremento se procesara en el período socioeconómico propicio" (traducción del editor)16. ¿O sería porque la crisis del caucho hizo con que la "fuente" de los recursos de la burguesía paraense secara, y, de esta manera, tuvo necesidad de crear condiciones para la reorganización de la elite intelectual paraense, utilizando ahora los medios locales?

Al lado de este escenario regional, el siglo XX revelaría un "lento y profundo proceso de transformación del conocimiento médico y su mercado de trabajo" (traducción del editor), con el desarrollo científico y tecnológico de la medicina llevándola a la franca especialización, reflejándose en los currículos de los cursos, y también por la introducción de equipamientos permitiendo una mejora en la precisión diagnóstica9. Todo esto alteraría la manera de ejercer la medicina, iniciando la fase de la "medicina tecnológica", cuyo apogeo sería a partir de los años 50 de ese siglo.

En medio a todo esto, surge la Facultade de Medicina do Pará, 20 años después de la ley editada por Paes de Carvalho y organizada por " un grupo de médicos clínicos, en la capital, ansiosos por extender las ciencias que profesan y de enseñar su arte" (traducción del editor)18. Fundada el 9 de enero de 1919, iniciaría sus actividades el 1 de mayo del mismo año, conforme certificaría Lauro Sodré tres años después, en carta para Camillo Salgado, "en un escenario nebuloso, lleno de indefiniciones" (traducción del editor)19.

La Facultade de Medicina do Pará, posteriormente Faculdade de Medicina e Cirurgia do Pará (Facultad de Medicina y Cirugía de Pará), la octava a ser creada en Brasil, hasta la década de 1960 desempeñaría un papel preponderante para la medicina de toda la Región Amazónica y parte del nordeste brasileño, siendo considerada pieza fundamental para la creación de la Universidade Federal do Pará. Una historia a ser contada.

 

REFERENCIAS

1 Guerreiro K. Estratégias da colonização portuguesa na Amazônia. Examãpaku [Internet]. 2008 [citado 2008 mar 21]. Disponível em: http://www.ufrr.br/revista/index.php/examapaku/article/view/67.

2 Carvalho P. Evolução da Medicina no Pará. Pará-Medico. 1922 set;3(10):205-28.

3 Vianna A. As epidemias no Pará. 2. ed. Belém: Universidade Federal do Pará; 1975. 220 p.

4 Oliveira NA. Ensino médico no Brasil, desafios e prioridades no contexto do SUS: um estudo a partir de seis estados brasileiros. [tese]. Rio de Janeiro (RJ): Instituto Oswaldo Cruz, Ensino em Biociências e Saúde [Internet]. 2010 [citado 2010 mar 26]. Disponível em: http://www.abem-educmed.org.br/pdf_tese/tese_neilton.pdf.

5 Escola de Cirurgia da Bahia. Dicionário Histórico-Biográfico das Ciências da Saúde no Brasil (1832­1930) [Internet]. Rio de Janeiro: Casa de Oswaldo Cruz, Fiocruz; 2010. [citado 2010 mar 26]. Disponível em: http://www.dichistoriasaude.coc.fiocruz.br/iah/P/verbetes/escirba.htm.

6 Meira COB. Médicos de outrora no Pará. Belém: Grafisa; 1986. 480 p.

7 Pará-Medico, Anno I, no 1, nov 1900.

8 Brasil. Lei no 629, de 22 de maio de 1899. Criar uma escola médica no Pará. Diário Oficial da União, Belém, 24 mar. 1899.

9 Pereira Neto AF. Ser médico no Brasil: o presente no passado. Rio de Janeiro: Editora Fiocruz; 2001. p.109-232.

10 Brasil. Lei de 3 de outubro de 1832. As Academias Medico-cirurgicas do Rio de Janeiro, e da Bahia serão denominadas Escolas, ou Faculdades de Medicina [Internet]. [citado 2010 mar 28]. Disponível em: http://www6.senado.gov.br/legislacao/ListaPublicacoes.action?id = 82870.

11 Brasil. Decreto n. 7247 - de 19 de abril de 1879. Reforma o ensino primário e secundário no município da Côrte e o superior em todo o Imperio [Internet]. [citado 2010 mar 28] . Disponível em: http://www6.senado.gov.br/legislacao/ListaPublicacoes.action?id=73867.

12 Hochman G. A era do saneamento: as bases da política de saúde pública no Brasil. São Paulo: Hicitec/Anpocs; 1998. 262 p.

13 Brito RS, Cardoso E. A febre amarela no Pará. Belém: Sudam; 1973. 242 p.

14 Figueiredo AM. Esculápios bélicos: a Sociedade Médico-Cirúrgica do Pará e as efemérides cívicas da nação brasileira, 1914-1922. In: Documentos Culturais. Belém: Conselho Estadual de Cultura; 2006, p. 46-7.

15 Weinstein B. A borracha na Amazônia: expansão e decadência, 1850-1920. Lólio Lourenço de Oliveira, tradução. São Paulo: Hucitec/Edusp; 1993. 371 p.

16 Moreira E. Para a História da Universidade Federal do Pará (Panorama do Primeiro decênio). Belém: CEJUP; 1977. 170 p.

17 Pará-Medico, vol III, anno VIII, no 10, set 1922.

18 Castro AES. Governador. Mensagem apresentada ao Congresso Legislativo do Estado do Pará [Internet]. 1924 set [citado em 2007 jan 9]. Belém: 1924. 68 p. Disponível em: http://brazil.crl.edu/bsd/bsd/u1045/000068.html.

19 Faculdade de Medicina do Pará. Trechos de relatórios apresentados à Congregação. Belém: Typ. da Livraria Gillet; 1923.

 

 

Correspondência / Correspondence / Correspondencia:
Aristoteles Guilliod de Miranda
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Recebido em / Received / Recibido en: 10/4/2010
Aceito em / Accepted / Aceito en: 30/4/2010

 

 

* Según José Gonçalves Fonseca y Ribeiro Sampaio, un único cirujano portugués actuaba en un radio de más de trescientas leguas, visitando, en períodos predeterminados, 2 los distritos de Mato Grosso, Maranhão y Pará, confirmando la casi inexistencia de médicos en Brasill2.

Cuando hubo el recrudecimiento de la epidemia, en 1796, ya existían algunos médicos y cirujanos más, siendo mencionado entre ellos el Dr. Bento Vieira Gomes2.

Además de las autorizaciones para médico, cirujano y boticario, había licencias para partera, sangrador y curandero. El curandero era legalmente definido como "aquel terapeuta con conocimientos de plantas medicinales nativas y empleadas para tratar de enfermedades típicas de determinadas regiones" (traducción del editor).(Pimenta TS. Transformações no exercício das artes de curar no Rio de Janeiro durante a primeira metade dos Oitocentos. História, Ciências, Saúde, Manguinhos [Internet]. 2004 mar [citado 2010 mar 23] 2004;11 Suppl 1:67-92. Disponível em: http://www.scielo.br/pdf/hcsm/v11s1/03.pdf).

§ Además de los físicos y curanderos, existían los cirujanos barberos, barberos, sangradores, algebristas, parteras y boticarios. A los cirujanos barberos les era permitida, oficialmente, la cirugía; al barbero, la aplicación de ventosas y sanguijuelas y cortes en la piel, corte de pelo o barba y extracción de dientes; al sangrador y algebrista, el tratamiento de fracturas, luxaciones y torceduras; a la partera o comadrona, la atención a los partos normales; y a los boticarios, el preparo y comercio de medicamentos. 5 Los diplomas eran muchas veces, vendidos a los pretendientes a esos cargos citados, que no cursaban el período de prácticas necesario5

l l José Corrêa Picanço, nacido en Pernambuco, era cirujano de la Real Cámara y lente jubilado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Coimbra. Como miembro de 5 la corte portuguesa, Picanço retornó a Brasil en 18085.

Las facultades pasarían a ser reguladas siguiendo el modelo de los estatutos y reglamentos de la Facultad de Medicina de París, mientras no fueran elaborados sus propios reglamentos. El curso médico-quirúrgico pasaba a tener seis años, y había también un curso de farmacia (tres años) y un par de partos, al final de los cuales, serían concedidos, respectivamente, los títulos de doctor en medicina, de farmacéutico y de partera. Era atribución de las facultades de medicina comprobar los títulos de médicos, 5 cirujanos, boticarios y parteras obtenidos en escuelas extranjeras5.

* De acuerdo con Meira6, Marcellino se diplomó en 1825 y fue el primer paraense a regresar a Belém, aunque otros se hayan recibido antes que él, como los Drs. José Fernandes de Góis, en 1763, Matheus Valente do Couto, en 1791, y Firmo José da Costa Braga.

Silva Castro, formado por la Escuela Médico-Quirúrgica de Lisboa en 1837, volvió a Belém al año siguiente. Prestó gran servicio durante la epidemia de fiebre amarilla y cólera de 1850 a 1855. Desempeñó importantes cargos y comisiones científicas: fue presidente de la comisión de higiene e inspector general de la instrucción pública, además de proveedor de la Santa Casa. ver la necesidad de mayúsculas Frutuoso Guimarães retornó en 1839, luego de recibirse en Bélgica. Ejerció varios cargos políticos y fue miembro importante de la masonería, además de proveedor de la Santa Casa.José da Gama Malcher se formó en medicina en Bahia en 1839. Tuvo carrera política y actuación en los hospitales de la Santa Casa y Beneficencia Portuguesa.

El hospital recibiría continuas mejorías, con agregados de alas, servicios como el de obstetricia, y equipos de rayos X, siendo considerado, en 1918, uno de los mejores de Brasil.

* Ley 629 de 22 de mayo de 1899: "Art. 1o. Quedan creadas en esta capital las siguientes escuelas superiores: derecho, medicina e ingeniería, con las divisiones relativas a los diferentes cursos, de acuerdo al programa de las escuelas congéneres de la Unión. Art. 2o. El Gobernador promoverá la instalación de todas o de algunas de las facultades, 8 al comienzo del próximo año, decretando sus respectivos estatutos y realizando los primeros nombramientos" (traducción del editor)8.

Ley - de 3 de octubre de 1832: "Art. 33o. La enseñanza de la Medicina es libre: cualquier persona nacional o extranjera, podrá establecer Cursos particulares sobre las 10 diversas ramas de las ciencias médicas y ministrarlos a su voluntad, sin ninguna oposición de parte de las Facultades" (traducción del editor)10.

Decreto 7.247 de 19 de abril de 1879: "Art. 1o. Es completamente libre la enseñanza primaria y secundaria en el Municipio de la Corte y la superior en todo el Imperio, 11 excepto la inspección necesaria para garantizar las condiciones de moralidad e higiene" (traducción del editor)11.

* En este período hubo un aumento significativo en el número de médicos en actividad en Belém. Carvalho2 registra la aceptación, por la proveeduría de la Santa Casa, de 1901 a 1903, de 17 profesionales para actuar en aquel hospital.

No existen mayores registros sobre esta agremiación. Carvalho2 menciona que llegó a tener su periódico, denominado Anais da Sociedade de Medicina e Cirurgia do Pará.

Esta debe haber sido la primera participación oficial de Pará en congresos médicos, considerando como el inicio de los mismos el año de 1888, organizados por la Sociedad de Medicina y Cirugía de Rio de Janeiro, y la irregularidad de realización, ya que luego del primero, o segundo y o tercero, realizados respectivamente en 1888, 1889 y 1890, el 4o sólo tendría lugar en 1900. (Varela A, Soares LA, Xavier AL, Velloso VP, Madureira FJC, Ferreira LO. Sociedade de Medicina e Cirurgia do Rio de Janeiro. Dicionário Histórico-Biográfico das Ciências da Saúde no Brasil (1832-1930) [Internet]. [citado em 2010 abr 2]. Disponível em: http://www.dichistoriasaude.coc.fiocruz.br/iah/P/verbetes/socmedcirj.htm.)

* En su informe del primer año de gestión como Director de la Facultad de Medicina, Camillo Salgado contabilizaba poco más de 100 médicos en actividad en el Estado para 19 atender, tan sólo en Belém, a 200 mil habitantes19.