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Revista Pan-Amazônica de Saúde
versão impressa ISSN 2176-6215versão On-line ISSN 2176-6223
Rev Pan-Amaz Saude v.7 n.4 Ananindeua dez. 2016
http://dx.doi.org/10.5123/s2176-62232016000400001
EDITORIAL
¿Qué tienen para decirnos los mosquitos?
3Laboratório de Entomologia e Parasitologia Tropical, Universidade Federal de Sergipe, São Cristóvão, Sergipe, Brasil
4Instituto Evandro Chagas/SVS/MS, Editora Associada da Revista Pan-Amazônica de Saúde, Ananindeua, Pará, Brasil
Mientras que el control del Dengue parecía ser el desafío más importante entre las arbovirosis que suceden en Brasil, los virus de la fiebre Chikungunya y de Zika vinieron a mostrarnos cómo estamos vulnerables a las enfermedades transmitidas por mosquitos. No hubo tiempo para que las vacunas contra el Dengue en fase final de evaluación o ya disponibles en el mercado nos dieran una sensación de alivio. Muy al contrario, nos deparamos con una epidemia cruel que afectará la vida de miles de niños y sus familias para siempre.
Al escribir este editorial, Brasil registraba 9.091 notificaciones de casos sospechosos de microcefalia o alteraciones en el sistema nervioso central por el virus de Zika y 1.845 casos confirmados1. Viviendo en el Nordeste, en donde se concentra la mayoría de los casos, veo los rostros de esos niños y el esfuerzo de sus familias, muchas representadas solamente por las madres, para ofrecerles una vida digna. Pero ya veo algunas cargadas en brazos en los semáforos y también he visto sus tumbas. Los casos de Chikungunya se multiplican, así como el número de óbitos. En este momento, son 216.102 casos en 2016 y 91 óbitos confirmados2; no sabemos cuantos están bajo investigación.
Recuerdo - y muchos que pasaron por la Facultad de Salud Pública de São Paulo se recordarán también - de una frase recurrente del Prof. Catedrático Oswaldo Paulo Forattini, a respecto del plan de erradicación del Aedes aegypti, diciéndonos que deberíamos preguntar a una especie si quería ser erradicada; y que si ella pudiera responder, diría, seguramente, que no.
Y parece que no quiere serlo realmente. Veinte años después del Plan de Erradicación del Aedes aegypti, seguido del Plan de Intensificación de las Acciones de Control del Dengue, después por el Programa Nacional de Control del Dengue, y aún ahora, en vigencia de la Campaña Nacional Zika Cero, lo que constatamos fue la ampliación del área de distribución del Aedes aegypti, el aumento de los índices de infestación y de la resistencia a los insecticidas. Continuamos utilizando los mismos indicadores larvarios de infestación, los mismos métodos de control, y parece que sabemos menos todavía. ¿El Zika es transmitido por Culex quinquefasciatus? ¿Cuál es la contribución de la transmisión transovárica? ¿Cuál es el período de incubación extrínseco? ¿Habrá competencia entre los virus por su vector? ¿Los mosquitos podrán transmitirlos al mismo tiempo? ¿Conseguiremos controlar las arbovirosis transmitidas por Aedes aegypti con mosquitos transgénicos, a través de trampas o por la refractariedad inducida por cepas de Wolbachia? ¿Será necesario hacer llover insecticidas con pulverización aérea?
En medio a tantas preguntas relacionadas a especies que conocemos bien, al realizar un proyecto financiado con vistas a fomentar estudios destinados a cubrir lagunas de la biodiversidad brasileña*, recolectamos diversas especies de mosquitos hasta entonces desconocidas para la ciencia y probablemente endémicas del bioma Caatinga; diferentes especies con eslabones establecidos con huéspedes que desconocemos y haciendo circular virus que también desconocemos. Y si abrimos ese círculo, creamos otros vínculos, ¿podremos involucrarnos como otro eslabón, alterar esos virus o introducir ahí los nuestros? Es posible que sí. Ya lo hicimos antes con otros virus, protozoarios y helmintos exóticos aquí introducidos y que encontraron buenos vectores en la fauna brasileña3. De esas especies no sabemos nada. ¿Quieren ser erradicadas con el desaparecimiento de su bioma? ¿Queremos nosotros que sean? ¿Quién irá a ocupar este espacio hasta ahora cubierto por conocidas especies agrestes, amazónicas, atlánticas y sus supuestos virus? ¿Desempeñará, de hecho, la biodiversidad el efecto diluyente de las arbovirosis4? Son preguntas a las que precisamos responder echando mano de lo que nosotros, investigadores y profesores, sabemos hacer mejor: levantar hipótesis y verificarlas, formar personas para reflexionar sobre ellas y proponer nuevas ideas. Y, nadie preguntó, pero parece que la ciencia en Brasil tampoco quiere ser erradicada.
REFERENCIAS
1 Chame M, Batouli-Santos AL, Brandão ML. As migrações humanas e animais e a introdução de parasitas exóticos invasores que afetam a saúde humana no Brasil. Rev Fumdhamentos. 2008;7:47-62. [Link] [ Links ]
2 Ostfeld RS, Keesing F. Biodiversity series: the function of biodiversity in the ecology of vector-borne zoonotic diseases. Can J Zool. 2000 Dec;78(12):2061-78. Doi: 10.1139/z00-172 [Link] [ Links ]
3 Ministério da Saúde (BR). Centro de Operações de Emergências em Saúde Pública sobre Microcefalias. Semana Epidemiológica (SE) 33/2016 (14/08/2016 a 20/08/2016): monitoramento dos casos de microcefalia no Brasil. Inf Epidemiol. 2016;(40):1-4. [Link] [ Links ]
4 Ministério da Saúde (BR). Secretaria de Vigilância em Saúde. Monitoramento dos casos de dengue, febre de Chikungunya e febre pelo vírus Zika até a Semana Epidemiológica 32, 2016. Bol Epidemiol. 2016 set;47(33): 1-10. [Link] [ Links ]
*Pliego MCT/CNPq/MMA/MEC/CAPES/FNDCT - Ação Transversal/FAPs nº 47/2010 - Sistema Nacional de Pesquisa em Biodiversidade - SISBIOTA BRASIL.